‘Fallas, sátira y política’
Estrictamente la sátira es un género literario para expresar la indignación de alguien hacia personas o cosas con un propósito moralizador, lúdico o burlesco, pero también es un recurso que se encuentra en las artes escénicas. La sátira pone de manifiesto los vicios más comunes de la sociedad, a través la ridiculización, la farsa, la inteligencia o la ironía, entre otros, con el objetivo de criticar aspectos mejorables de la sociedad.

Las Fallas de València, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, son un ejemplo del arte que representa, en ocasiones, sus esculturas a través de la sátira. En concreto, en muchas ocasiones, los creadores de las fallas -del latín fac[u]la, diminutivo de fax, “antorcha”- hacen uso de la sátira política para componer sus creaciones, un subgénero de la sátira que se especializa en denunciar, divertir o ridiculizar a partir del mundo de la política.
Y es que, pese a que el origen de Las Fallas se remonta a la antigua tradición de los carpinteros de la ciutat de València a quemar los instrumentos inservibles en las calles de la ciudad en vísperas de la fiesta de su patrón San José, la temática en la que se han ambientado las creaciones de ninots por parte de los artistas falleros hasta ahora ha variado mucho a lo largo de la historia desde 1848, primer momento en el que se pueden encontrar publicaciones continuadas sobre la fiesta.
En un primer momento, las fallas servían para criticar hechos de los barrios de la ciudad y por ello, tan solo contenían temáticas meramente localistas. Pero, más tarde, la fiesta fue evolucionando poco a poco a una fiesta con temáticas más globales, criticando temas de contenido político, social e interés del debate público más general, especialmente cuando la fiesta se fue popularizando a nivel nacional e internacional.
Desde hace décadas la sátira o crítica política forma parte de la fiesta de las Fallas y la escenografía satírica de los artistas actualmente son un elemento esencial en una diversidad de temáticas que se abordan en los monumentos falleros.
Las fallas se adaptan a los tiempos y a las dinámicas de la sociedad, es por ello, que los monumentos de la ciudad de València en los últimos años, tras tanta agitación política y debate en la opinión pública, han lanzado centenares de ejemplos de creaciones de artistas falleros que han ambientado ciertos elementos de sus esculturas en divertidos ninots de sátira política.
En ocasiones se tratan de simples caricaturas de personajes políticos importantes, en otras exageraciones y mofas varias, y en otras simples creaciones de ninots de personajes ampliamente conocidos. De todos modos, hay una distinción importante entre las fallas también respecto a la sátira política. Las fallas más famosas no son las que más hincapié en la sátira política hacen, sino que las fallas de la sección especial (las más conocidas) suelen vertebrar sus obras en torno a ejes temáticos diferentes, cercanos al humor blanco, -pese a que sigan existiendo pequeños elementos satíricos- que les puedan posibilitar ganar grandes premios.
Son las fallas modestas las que juegan más reiteradamente con asuntos polémicos y más cercanos a la crítica o sátira política, aunque si es que es verdad que existen grandes fallas que han creado monumentos con grandes esculturas satíricas -cada vez menos frecuente-. Un ejemplo de ello es la falla la falla del Pilar de 2014 que escenificó ridículamente escenas de corrupción de la política nacional, la falla Na Jordana en 2011 que representó al rey y a los principales líderes políticos nacionales y de la Comunidad Valenciana en el purgatorio, encerrados en la cárcel o colgados, la falla Almirante Cadarso-Conde Altea en 2013 que dejaba al desnudo a la familia real española del siglo XXI con todos sus casos de corrupción y representaba a los principales ministros de Europa recibiendo una clase de parvularios sobre cómo “recortar” o la falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal que también representaba, en el mismo año, en el “reino de Pastakistán” a los políticos midiendo las “tragaderas” del pueblo, con una sátira a los recortes sanitarios, donde se pone precio. Sin embargo, pese a estas excepciones (hay más), conforme la falla es más importante más problemas hay para encontrar escenificaciones de sátira política agresiva o monumentos que vertebran la falla en torno a temáticas polémicas en la opinión pública.
De todos modos, pese a que en las grandes fallas no se encuentran, frecuentemente, grandes críticas o escenificaciones basadas en la sátira política, siempre hay diversos elementos humorísticos del mundo de la política en todas las fallas: ninots de políticos populares de la ciudad, de la comunidad, del país o del planeta, parodias sobre temáticas estructurales de la sociedad o de moda en ese momento, etc. Un sinfín de originalidades que los artistas falleros escenifican con sus esculturas relacionándolas con temas populares de la sociedad, y en muchas ocasiones con la política, llegando los más valientes, a crear espectaculares creaciones en torno a la sátira política, especialmente en los momentos de más convulsión política y social.
En ocasiones una agresiva sátira -o una piel muy fina- de personajes políticos ha ocasionado molestias en los partidos políticos, especialmente en los locales y en los “populares” (valga la redundancia) por herir sensibilidades o tratar temas que estos cargos creen excesivos por hacerlo con fines partidistas o por tratarse de creaciones moralmente reprochables, pero en general, todos los cargos se lo toman con humor y filosofía puesto que ellos también saben que una falla sin la representación de políticos en forma de ninots, no es una falla.
La sátira política representa un elemento esencial en la creación artística de los monumentos falleros y una costumbre muy arraigada -y sana- que la sociedad civil valenciana quiere contemplar, por lo que si molesta a alguien, quien sea el ofendido(ito), que se adapte y acepte la crítica artística, o incluso que aproveche y se haga una foto para su instragram como cuando hay campaña electoral cerca. Más humor, más inteligencia, más sátira política, más Fallas.

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