‘5 claves para no hundir tu reputación en Twitch’
Si pensábamos que el mundo de las redes sociales, aplicadas a la política, se circunscribiría únicamente a Instagram, Facebook y Twitter, estábamos en un error. La evolución digital sigue a buen ritmo y con ella la necesidad de cargos públicos de hacer llegar su mensaje a la población más joven.

Allá por el 2011 la clase política empezó a darse cuenta que una parte cada vez más relevante de su electorado se estaba informando a través de las redes sociales. Automáticamente se volcaron en lanzar sus mensajes en aquellos portales, pero poco tiempo después, se percataron de que en aquel universo las reglas que lo regían eran diferentes a las que regían la comunicación “tradicional”. Ya no valía con hacer un copia y pega del programa electoral o de los carteles electorales, había que crear material y contenido siguiendo un tono y un lenguaje determinado.
La evolución no se detuvo y la ciudadanía comenzó a exigir más, querían conocer la parte más personal de los cargos públicos, querían saber a qué dedicaban el tiempo libre, cuáles eran sus aficiones o cómo eran sus familias. Dicho y hecho, Instagram se llenó de “postureo” político con contenido, a cuál más estrambótico. Todo sea por recibir más votos.
Durante mucho tiempo, la clase política, con mayor o menor acierto, parecía tener controladas las diferentes redes sociales existentes, hasta que una red social fue cobrando cada vez más relevancia, pero fuera del radar comunicativo. Era una red social que se había creado para un propósito muy definido, que nada tenía que ver con el espectro público, pero que puede que se convierta en uno de los “campos de batalla electoral” de los próximos años, hablamos de Twitch.
No me extenderé mucho explicando la historia de esta red social, simplemente dos datos: Fue creada para retransmitir partidas de e-sports y cuando se descubrió su potencial Amazon la adquirió. ¿Necesitamos alguna información más para saber que tiene mucho futuro?
Si a todo esto le sumamos la eterna crisis en la que viven los medios de comunicación tradicionales, apaciguada un poco por la pandemia y el clickbait que acompaña a titulares sensacionalistas, y el desencanto de la juventud por el mundo político, tenemos un escenario dantesco para la clase política que sigue sufriendo para llegar a ese target del electorado. A partir de este momento vas a conocer las claves para que puedas decidir, siguiendo tu propio criterio, si merece la pena embarcarse en esta aventura o sí debes asumir que no es un lugar para ti.
¿Fue casualidad que @pedrosanchez y @salvadorilla se acordasen de @Ibai durante las navidades? Según ellos sí, según el resto de los mortales fue una buena estrategia para intentar alcanzar a unos de los influencers españoles de esta red. Pero, ¿Qué tiene Twitch para congregar a millones de personas, jóvenes y adultos, delante del monitor?. ¿Cómo pueden los partidos y sus líderes y lideresas meter cabeza en ella?
1- Twitch es lo más parecido a un cara a cara entre dos personas que se conocen. En Twitch las formalidades y las normas sociales se quedan en la puerta, los creadores de contenido se muestran como son, sin guiones, sin tabúes, demuestran ser lo que dicen ser. Ya no vale con subir una foto de tu libro favorito, ahora te exigen que comentes porque te gusta, cuáles son tus escritores y escritoras favoritas y las recomendaciones que harías para irte a una isla desierta con tu perro y un loro. Se trata de demostrar que tienes autenticidad por tus venas.
2- Si eres capaz de mantener un directo de 3-4 horas sin perder el guión de lo que quieres decir, y encima generar debate sin caer en el aburrimiento, estás preparado para lidiar con cualquier asunto. Los discursos enlatados hace años que dejaron de ser atractivos, incluso los que parecían nacer desde el alma, ahora lo que se lleva es improvisar con criterio y sin caer en los tópicos.
3- Twitch es un detector de viejas glorias. Se demostró en el reportaje que le hizo @JordiEvole a @Ibai. El hombre que se había convertido en el azote de la clase política se sentía fuera de lugar delante de un tipo de 25 años. A Jordi se le notaba anticuado, y no solo porque se empeñó en remarcar la diferencia de edad en varias ocasiones, parecía que tenía miedo a preguntar algo por si su entrevistado le respondía con un zasca que le perseguiría durante meses. Incluso en el momento final, en ese en el que Évole aparece en Twitch, parece un octogenario pulsando la pantalla de un móvil o las teclas de un ordenador. Twitch no es territorio para personas oxidadas dialécticamente. Twitch es el reino de las mentes ágiles y la broma inteligente.
4- Los “Youtubers” también están en Twitch y traen con ellos su legión de seguidores. Hemos hablado de Ibai, pero podemos mencionar a AuronPlay o elrubiusOMG como nuevos generadores de opinión, social, política o relativa a las características de los hechizos del LoL. Si hace unos meses consiguieron polarizar un tema como la evasión de impuestos, ¿De verdad crees que no pueden hacer lo mismo con un argumentario electoral?
5- En Twitch no vale únicamente con estar sentado, que a unas personas les funcione no significa que lo haga para todo el mundo. Streamear es contar lo que haces, y de la forma que lo haces, a cualquier hora, para que una persona elija visualizarlo cuando quiera. Si pretendes que Twitch esté a tu servicio en lugar de al contrario, estás cometiendo un error.
La demanda de esta red social, en términos comunicativos y de exposición mediática, es tremendamente elevada. Esto hace que los cargos públicos deban meditar muchísimo su incorporación a ella. En este nuevo campo de batalla no cabe la gestión por parte de terceros, ni la magia del Photoshop.
La obsesión de los gabinetes de comunicación y estrategas políticos los lleva, a veces, a querer tener presencia en todos los lugares posibles, sean digitales o analógicos. Twitch no es una red social, por el momento, que vaya a obedecer a las reglas de la política sino que la política tendrá que obedecer a la red y a sus usos y costumbres. No puedes pretender llegar y cambiar las reglas porque no te sientes en tu salsa, a Twitch se viene a jugar y si no estás en condiciones, mejor enciende la televisión.

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